lunes, 6 de octubre de 2008

Siglo XVI. La ausencia de Carlos I,¿qué consecuencias tuvo?


Es el siglo XVI, se da la muerte de los Reyes Católicos y la incapacidad mental de su hija Juana I (la Loca). Esto hizo que Carlos I, hijo de Juana, sea enviado a la península en 1517.
Él se había educado en Flandes, por lo que llegó sin hablar el castellano y rodeado de consejeros flamencos que ocuparon importantes cargos en la corte y en la Iglesia. Una vez coronado Carlos I, las cortes le reclamaron la atención por los asuntos del reino, asuntos que no solucionó. Algunos aseguran que Carlos I fue el mejor rey de España, aunque siempre fue un rey que centró su poder en la política exterior, diferenciándose por ello su hijo Felipe II, que gobernaba personalmente en Madrid.


En 1520 parte a Alemania, a pesar de las protestas, dando lugar a la Revuelta de las Comunidades, protagonizada por las ciudades del interior de la Corona de Castilla, aprovechando las numerosas ausencias de Carlos I.
El motivo principal fue la protesta de los hidalgos, artesanos y comerciantes por la política económica. El conflicto, que surgió en la ciudad de Toledo, se extendió y se produjeron revueltas campesinas de carácter antiseñorial. Cuando Carlos I usó dinero de la Corte para su puesto de Emperador de Alemania, las cosas se caldearon.
El incendio de Medina del Campo por las tropas realistas, el 21 de agosto de 1520, hizo que muchas ciudades, entre ellas Valladolid, se sumaran a la rebelión de los campesinos. Los Comuneros crearon la Santa Junta en Tordesillas, gobierno rebelde, que exigió la retirada de los impuestos (servicios) aprobados en Cortes, el respeto a las leyes del reino y la marcha de los consejeros flamencos. A pesar de todo ello, ellos siguieron siendo campesinos, carentes de ejército bien organizado y con pocas posibilidades de librar grandes batallas, siendo su mayor éxito la toma de Torrelobatón, el 21 de febrero de 1521.
Finalmente, fueron derrotados por las tropas realistas (imperiales), en las que la alta nobleza tenía una participación decisiva, en la localidad vallisoletana de Villalar el 23 de abril de 1521. Allí mismo los cabecillas de la revuelta, Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, fueron ajusticiados y degollados en la plaza de Villalar. Tras ello, un perdón generalizado se extendió. Mientras, Toledo, con María Pacheco a la cabeza con el apoyo del obispo de la diócesis, resistió aún durante seis meses, hasta que Antonio de Zúñiga tomo la ciudad. Después María se exilio a Portugal donde fue protegida por el obispo de Braga.





(imagen)
Los comuneros
Tras la derrota de Villalar (Valladolid) el 23 de abril de 1521 a manos de los ejércitos regios, los principales dirigentes del movimiento de las Comunidades castellanas fueron ejecutados, tal y como recoge esta pintura de Antonio Gisbert titulada Los comuneros, realizada en 1860, que se encuentra en el Palacio del Senado de Madrid (España).


Esta derrota supuso el aumento del poder real, y las Cortes no sufrieron ninguna decadencia como se pensaba en un principio. Algunos como el historiador francés Joseph Pérez, dicen que fue a partir de estas revueltas, a partir de 1520, cuando España iniciaba el punto de partida de las decadencias. Tras las revueltas Carlos I, en 1522, se instalo en España durante ocho años para satisfacer a los súbditos no contentos con tener un gobernador ausente. En 1530 se volvió a marchar, confiando la regencia a la emperatriz. Está claro que Carlos I aporto grandeza a España, pero a lo mejor esta decadencia no se hubiera iniciado si hubiera hecho caso antes a las protestas. Quizá su descuido de los asuntos de España supuso, como muchos piensan, una importante hipoteca para el futuro.

2 comentarios:

Diego dijo...

interesantes argumentos , pero creo que durante el reinado de todos los reyes siempre hay revueltas y violencia

Anónimo dijo...

Es cierto todo...aunque también hay que pensar que el pobre Carlos I no quería hacer ningún mal.Llegó al trono sin saber ni castellano, y España fue bien con él. El problema definnitivo es que un Imperio no se puede sostener en un hombre, Y tanto la política exterior como la interior eran importantes, era lógico que Carlos optara por la primera, que era la que conocía.
Y dejo de enrollarme, magnifica entrada Laura ;)